Historia de León

17.10.05

6.1.- El Reino de León en el seno de la Corona de Castilla hasta el fin del Antiguo Régimen.


Con el matrimonio de Isabel, hija de Enrique IV con el futuro rey de Aragón se inicia una nueva etapa en la que se realizan una serie de reformas que conducen a un nuevo estado y a un centralismo impuesto desde arriba. Pese a la pervivencia de buena parte de las estructuras medievales, el nuevo régimen tiene como objetivo el sometimiento de todos los estamentos y vasallos al nuevo poder representado por los órganos e instituciones de la corona.


El Antiguo Régimen es la denominación del periodo histórico anterior al siglo XIX, que por influencia francesa hace referencia al sistema de gobierno caracterizado por la monarquía absolutista frente al liberalismo y las monarquías constitucionales del siglo XIX. Entendemos por Corona el conjunto de territorios que se encuentran en una sola mano regia y por reino cada uno de los espacios geográficos definidos históricamente. De esta forma, la Corona de Castilla (que también es denominada “reinos de Castilla”, reinos de Castilla y de León” o “reinos de Castilla, de León y de Andalucía”) estaba formada por los reinos de Castilla, León, Toledo, Galicia, Sevilla, Murcia, Córdoba, Jaén. En 1492 es incorporado el reino de Granada y en el 1502 el de Navarra.


Ya antes de la unión de las coronas de León y Castilla en 1230, la de León estaba integrada por los territorios de Galicia, Asturias, León y Extremadura. La Tierra de León comprendía a grandes rasgos las actuales provincias de León y Zamora, es decir, el antiguo territorio astur cismontano. El límite entre la Tierra de León y la Extremadura leonesa estaba en el río Duero. La frontera con Castilla era casi la misma que a fines del siglo XII, adentrándose en la actual provincia de Valladolid hasta Castromuño, Tiedra, San Pedro de Latarce, Villafrechós, Mayorga y Melgar de Abajo, inclusive; siguiendo hacia el norte por Mansilla, Rueda, Almanza hasta al Tierra de la Reina en la montaña leonesa. Por tanto el coto de Sahagún y la tierra de Cea pertenecían a Castilla.


La Corona de Castilla, a diferencia de la de Aragón, impone un fuerte centralismo que causa una cierta supresión de los reinos que la integran, muchos de los cuales pierden su autonomía e instituciones. El reino de León se resiste y consigue mantener sus símbolos y buena parte de las estructuras administrativas, sociales y económicas de los tiempos medievales: el sistema de poblamiento, el sistema concejil en el seno del régimen señorial, el Adelantamiento del Reino de León, la costumbre de alzar el pendón de León en la proclamación de cada rey, la conservación de unidades administrativas forjadas en la Edad Media tales como concejos, hermandades, merindades, etc., si bien su jurisdicción se va reduciendo y arrinconando en el territorio al sur de la cordillera Cantábrica, al norte del Duero y al Oeste del río Valderaduey.


Inicialmente y en el seno de la corona de Castilla, León había constituido una unidad política junto con Galicia y Asturias como queda evidenciado en la división establecida en el Ordenamiento de Alcalá de 1348 en cuatro circunscripciones político-administrativas: León, Castilla, Toledo y Andalucía o la constitución de la Hermandad del reino de León. En palabras de Colmeiro, autor de Cortes de los Reinos de León y de Castilla. en 1883. “La verdad es que los antiguos reinos de Asturias y Galicia llegaron a formar un solo cuerpo con el de León, como se muestra en los cuadernos de las Cortes de León de 1394, Valladolid de 1351 y Segovia de 1390”. Sin embargo, la fragmentación de la antigua corona leonesa es inevitable en el proceso centralizador de la nueva corona y comienza la decadencia de la antigua capital regia estableciéndose un nuevo centro de poder: Valladolid.

Sin embargo, el Reino de León continuó siendo una entidad administrativa y fiscal en el seno de la Corona de Castilla y así continuó siendo hasta el fin del Antiguo Régimen en el siglo XIX. Felipe II, en 1575, en sus “Relaciones de los pueblos de España” realiza un censo de estos pueblos solicitándoles que respondan a qué reino de los siguientes pertenece: Castilla, León, Galicia, Toledo, Granada, Murcia, Aragón, Valencia, Cataluña o Navarra. Pedro Medina, en 1548 en su libro Las Grandezas y Cosas Memorables de España, publicado en Sevilla, reconoce a Castilla y a León como dos reinos diferentes, mientras que E. de Goribay publica el libro Compendio de Historia de España, en 1628,en el que divide el territorio español en siete reinos: Navarra, León, Portugal, Aragón, Córdoba, Granada y Castilla, y el geógrafo Tomás López, autor del primer Atlas del Reyno de España e Islas Adyacentes en 1756-1757 considerará al reino de León como un territorio con personalidad propia y definida como podría ser cualquier otro de los que componían el territorio hispano. Además, León siempre constituyó una unidad social, sentimental e identificativa tal como lo demuestra el hecho de que sus habitantes desde la Edad Media y hasta el siglo XIX se definan en la documentación como súbditos del Reino de León.

En el siglo XVI, la jurisdicción del Adelantamiento del Reino de León limita con la Cordillera Cantábrica, las sierras de Ancares, Caurel, Cabrera y los ríos Duero y Valderaduey, una demostración clara de que el territorio astur constituía el núcleo esencial del reino de León.

Sin embargo, en los mapas de la división de España en sus reinos, encontramos que hasta mediados del siglo XVII, el límite oriental del reino de León está en el río Pisuerga, es decir, el límite establecido en la herencia de Fernando I. Este río constituirá la frontera entre el reino de León y Castilla la Vieja hasta finales del siglo XVIII. Sin embargo, la Extremadura leonesa, es decir, el territorio al sur del Duero (sur de la actual Zamora y Salamanca) forma parte de Castilla la Vieja. Están definidas Galicia, Asturias (de Oviedo y de Santillana), Vizcaya, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Murcia, León, Castilla (la Vieja y la Nueva), Andalucía (Sevilla y Córdoba), Granada, Mallorca e Islas Canarias.

El límite norte sigue siendo la cordillera Cantábrica y el occidental el río Burbia y la Sierra de Cabrera, quedando la villa de Villafranca del Bierzo en el reino de León. A partir de mediados del siglo XVII la frontera sur del reino de León traspasa el Duero y alcanza la Sierra de Francia, manteniendo estables estos límites hasta el final del Antiguo Régimen. Vemos Galicia, Asturias (de Oviedo y de Santillana), Vizcaya, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Murcia, León, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Andalucía (Sevilla y Córdoba), Granada, Mallorca e Islas Canarias.

A comienzos del XVIII se va diferenciando la actual Extremadura de Castilla la Nueva. La división de España en reinos consta de Galicia, Asturias (de Oviedo y de Santillana), Vizcaya, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Murcia, León, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Extremadura, Andalucía, Granada, Mallorca e Islas Canarias.

Sin embargo, a partir de finales del siglo XVIII, los límites de los reinos se reajustan a los límites de las provincias que incluyen. En el caso del reino de León éstas son León, Zamora, Toro, Salamanca, Valladolid y Palencia. El límite oriental del reino supera el Pisuerga y se comienza la incertidumbre sobre la consideración leonesa o castellana de estas dos últimas provincias. La provincia de Santander se incorpora a Castilla la Vieja. España se divide en Galicia, Asturias , Vascongadas, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Murcia, León, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Extremadura, Andalucía, Islas Baleares e Islas Canarias.